miércoles, 30 de abril de 2014
martes, 15 de abril de 2014
UN PEQUEÑO DICTADOR
"Mis padres me han dado tanto poder
que ahora no sé qué hacer con él"
Si tu hijo se enfada, llora y patalea si no le das lo que
quiere, si tiene malas maneras, desprecia la autoridad, si ha pasado de ser el
rey de la casa a un dictador absoluto…………… ¡ponte firme ya!.
El psicólogo y pedagogo Javier Urra en su libro “El
pequeño dictador” habla de la peculiar epidemia que afecta a muchos niños del
siglo XXI: “son unos niños caprichosos, sin límites, que dan órdenes a los
padres, organizan la vida familiar y chantajean a todo aquel que intenta
frenarlos. Quieren ser constantemente el centro de atención; son desobedientes,
desafiantes y no aceptan la frustración”. En su opinión la culpa es de una
sociedad que educa a los niños en sus derechos, pero no en sus deberes”, donde
ha calado de forma equívoca el lema “no poner límites y dejar hacer”; además el
hecho de que algunos padres no ejerzan
su labor se debe a una falta de criterios educativos que intentan compensar la
falta de tiempo y dedicación a los hijos permitiéndoles todo con tal de no
discutir.
Según Laura García
Agustín la causa fundamental de que muchos niños hayan cogido el terreno a sus progenitores está muy clara: “los padres
han huido del viejo modelo autoritario y han pasado al otro extremo, siendo
excesivamente permisivos y tolerantes, lo cual es un error fatal”.
Los principales síntomas son:
· O se hace lo que ellos quieren o acaban por dificultar en
extremo la convivencia.
· Se les ha consentido todo y se creen con derecho a todo,
de ahí que sean caprichosos en extremo. No
muestran reparo en molestar a los demás, pero no toleran que se les
moleste a ellos.
· Tienen una autoestima exacerbada y un ego excesivo pero
no por sus logros personales, sino como resultado de una sobreprotección
excesiva ejercida por los padres.
· Sólo piensan en sí mismos y en satisfacer sus necesidades,
con una escasísima resistencia a la frustración y con una grave dificultad para
demorar cualquier tipo de gratificación: lo que quieren lo quieren ya.
Desconocen el valor de las cosas.
· No conocen los límites ni la palabra no. Han aprendido a
chantajear para conseguir lo que quieren; a amenazar sin ningún tipo de pudor,
con tal de salirse con la suya.
Mª Jesús Álava Reyes especialista en temas de conducta infantil y juvenil
comenta que estos niños no han nacido para hacer la vida imposible a sus padres
y profesores, no persiguen el fracaso y
la desesperación de los que están a su lado, buscan su apoyo y su ayuda para
salir adelante, para sentirse bien consigo mismos, para tener alguna opción de
ser como los demás, eres tú, su padre/madre el que lo ha convertido en un mini
tirano.
¿Qué puedes hacer?
·
Recupera las riendas.
· Aplica las tres ces. Coherencia: unidad de criterios
entre los padres. Consistencia: el sí es el sí y el no es el no. Continuidad:
ser coherente y consistente de forma
permanente.
·
Muéstrate seguro. La insistencia de los niños es
directamente proporcional a la mayor o menor seguridad con la que se muestren
sus padres.
·
Ponle límites con buen rollo. La autoridad no está reñida
con el cariño, y la firmeza no es sinónimo de gritos ni de faltas de respeto.
·
Restituye el papel del no.
Fuente: Revista Telva
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